Sus piezas han evolucionado en estilo, desde dibujos de líneas altamente detallados que entrelazan narrativas complejas, hasta líneas más abstractas con la figura como hilo conductor. Sus obras más recientes reflejan la continua fascinación de la artista por el tiempo y una exploración del sistema somatosensorial a través del color. Explora el cuerpo como una imagen en movimiento; en relación con el plano físico, con el tiempo y consigo mismo. 

Su trabajo es también una conversación con la memoria, ya que se almacena dentro y fuera del cuerpo. Estas formas en evolución cuestionan nuestra percepción a menudo nublada del tiempo y cómo nuestra conexión corporal con nuestro entorno es también una extensión del alma.

La educación creativa de Samantha fue moldeada por la exposición de mudarse entre México y Nueva York. Ha estudiado en la Escuela de Artes Visuales de Nueva York y en la Escuela de Artes Visuales de Yucatán, así como en el centro gráfico de Manhattan. Actualmente vive y trabaja en Mérida, México